El documentalista Steven Eastwood pone al descubierto el proceso de la muerte en su documental Island después de filmar a cuatro personas con enfermedades terminales que durante un año, fue un espectador silencioso de la vida de los protagonistas de su película, filmando en sus casas antes del suceso.
El documental fue comisionado por Fabrica, una galería de arte ubicada en la localidad de Brighton, Inglaterra, que buscaba filmar un testimonio sobre el final de la vida.
La propuesta del cineasta británico fue aceptada y él logró tener acceso en un hospicio donde había varios enfermos terminales, ubicado en la isla de Wight, en el sur de Reino Unido. Donde son cuatro personas que realmente me importaban, Alan, Roy, Mary y Jamie; tres tenían 80 años y uno tenía 40.
Eastwood dijo en entrevista para BBC "Nadie quiere morir, pero es algo natural. Estamos destinados a morir algún día, En muchos casos, la muerte es vista como algo vergonzoso. Y creo que somos una sociedad progresista, pero nos reprimimos cuando nos enfrentamos al tema de la muerte".
Eastwood decidió hacer esta película después de haber tenido "dos dolores, dos muertes, bastante duras: mi suegra y mi mejor amiga, que tenía la misma edad que yo, Creo que necesitamos hablar más sobre la muerte, para que nos sea más familiar nuestra mortalidad. No creo que eso sea algo macabro.
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