Son los años 90. La trama sigue a un grupo de jóvenes bailarines que se reúnen para ensayar una coreografía (digamos que la gran coreografía) para después, festejarlo con una fiesta alrededor de una gran mesa llena de alcohol. Conforme avanza la noche, la misma trama se vuelve más sombría hasta el punto en el que crees saber que está sucediendo, sin saberlo realmente,
El cineasta Gaspar Noé (Love, Enter the Void) dirige este filme que protagonizan Sofia Boutella (La momia), Romain Guillermic (Elektro Mathematrix) y Souheila Yacoub (Plus belle la vie), junto a un reparto formado por bailarines que debutan en la pantalla grande con esta película.
Los colores que se manejan en todo momento son claramente perfectos e incluyo llegan a atraparte por lo estético que es este filme, sin dudas, vimos de lo que es capaz el director francoargentino para darnos de qué hablar. Cada escena, sin dudas resaltado por el color rojo que no llega al punto de ser cansado para la vista y esos movimientos de cámara que tanto lo caracterizan lo hacen algo magnífico.
No podremos, sin lugar a dudas, dejar de lado los problemas que presentan nuestros protagonistas, haciéndonos sentir un tanto tristes de no poderles dar un hombro en dónde llorar, eso sí, causando mucha impotencia cuando se logra ver la buena o mala intención de los mismos con otros bailarines. Al fin y al cabo, es un grupo de jóvenes que se dejan llevar por las influencias de los demás.
Conocemos de una manera peculiar a cada uno de ellos, sus aspiraciones, aunque no demasiado la historia que arrastran con ellos, cosa que no causa problema a lo largo de la trama ya que en esos diálogos que requieren de demasiada atención, te van mostrando sus issues para que saques tus propias conclusiones.
Por otro lado, las coreografías que nos muestran en la hora y media que dura la película llegan a ser un tanto bizarras si te pierdes un segundo, pero es cuestión de verlo desde una perspectiva fuera de que "ni siquiera parece un baile moderno", incluso, si prestas demasiada atención a los movimientos llega a ser un poco extraño.
Desgraciadamente, siendo una opinión sin ánimos de devaluar esta pequeña joya, no es tan intensa como sus obras anteriores, pero sí un poco más fácil de ver ya que las escenas que se presentan no son del todo crudas para corazones sensibles.
Sin embargo, démosle la bienvenida a lo que podría ser una película de culto.
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