Gracias a los anuncios de juguenes salen a la luz cosas que los departamentos de prensa no sueltan ni a tiros.
La identidad de los personajes a los que interpretarán Rachel McAdams, Mads Mikkelsen y la experta en artes marciales Zara Phythian en Doctor Strange.
Merced a la promoción de unas figuritas marca Diamond Select; dichos personajes son Christine Palmer (McAdams), Zealot (Phythian) y Kaecilius (Mikkelsen).
Aunque, tratándose de una angelical enfermera, Christine Palmer pudiera parecer la típica ‘novia del héroe’ (Benedict Cumberbatch), nada más lejos de la realidad: se trata de la Enfermera de Noche, uno de los personajes más entrañables de la Casa de las Ideas. Hablamos de una profesional sanitaria que se dedica a atender clandestinamente a los superhéroes de Nueva York cada vez que el villano de turno les da una paliza. Y sin cobrar, además. El personaje de Rosario Dawson en Daredevil tiene muchos de sus rasgos, y es una de esas chicas Marvel que, en nuestra opinión, deberían tener serie. Si los guionistas se las han apañado bien, McAdams puede tener un bombón entre manos.
En cuanto a Zealot, el personaje de Zara Phythian, no se corresponde en absoluto con su posible
homólogo del cómic, así que dar por sentado que el nombre se corresponde con su traducción al ingles, “Fanático”.
Y, de hecho, algunas sinopsis del guión han mencionado a una “secta de fanáticos” que quiere abrir un portal hacia la Dimensión Oscura, ese lugar tan bonito y tan lleno de engendros más allá de la comprensión humana.
Pero la verdadera chicha del asunto llega con el personaje de Mikkelsen. Y eso que, en los tebeos, Kaecilius es un personaje secundario, incluso terciario: se trata de un discípulo del barón Mordo (Chiwetel Ejiofor) que no se deja ver en las viñetas desde hace 34 años. En que Mordo ha usado el cuerpo de Kaecilius como vehículo para que el terrible Dormammu se encarne en el mundo. Hablamos de uno de esos villanos que nos encantaría ver en la pantalla, y que le pega mucho a Mikkelsen por malvado y por exótico. Crucemos los dedos y encomendémonos a las hirsutas huestes de Hoggot.
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